Queratoconjuntivitis infecciosa
La queratoconjuntivitis infecciosa es una enfermedad ocular muy contagiosa que ocasiona una inflamación de la córnea y de las mucosas del ojo.
Está causada por el hongo Mycoplasma conjunctivae en caprinos salvajes (rebecos, muflones y cabras monteses) como domésticos (ovejas y cabras). Se trata de una enfermedad conocida desde la antigüedad y considerada de poca importancia en ganadería de pequeños rumiantes debido a su esporádica incidencia, su carácter generalmente auto-limitante y la baja mortalidad. No obstante, puede llegar a ser grave en ungulados de montaña, cómo el rebeco, el cual padece brotes epidémicos que pueden llegar a diezmar sus poblaciones debido a lesiones oculares irreversibles y/o accidentes traumáticos por ceguera. En los rebecos del Pirineo se describió esta enfermedad por primera vez en 1980-81. El hallazgo de rebecos ciegos y desorientados en los macizos afectados por brotes epidémicos es común ya que prácticamente la totalidad de la población puede verse afectada.

Diversas observaciones y estudios sugieren que la enfermedad se transmite entre las distintas especies y que algunas de éstas podrían actuar como reservorio para otras más susceptibles clínicamente, como el rebeco.
En los últimos años se ha llevado a cabo una serie de estudios en el Servei d’Ecopatologia de Fauna Salvatge (SEFaS – Universidad Autònoma de Barcelona), junto con el IRTA–CRESA, para conocer mejor la epidemiología de esta enfermedad en la interfaz domestico-salvaje.
En estos trabajos se ha demostrado que la infección ocular por M. conjunctivae en rebaños de ovejas y cabras es muy común y se mantiene de forma endémica en el Pirineo. A excepción de algunos casos que presentan ligera inflamación ocular, la infección es subclínica en un 90% de los animales y pasa generalmente desapercibida. Por el contrario, el seguimiento de M. conjunctivae en poblaciones salvajes del Pirineo ha revelado diversas dinámicas de infección en el rebeco, resultantes tanto en una incidencia baja pero constante en algunas poblaciones, como en la detección de brotes de enfermedad o en la desaparición del micoplasma. Además hemos detectado M. conjunctivae ocasionalmente en muflones.
La persistencia de ciertas cepas de M. conjunctivae en poblaciones de rebeco durante la extensión de los estudios (seis y nueve años) nos indica la existencia de ciclos selváticos y domésticos independientes con rebecos y ovejas como especies reservorio, respectivamente. La transmisión cruzada entre especies puede haber tenido una importancia histórica en la introducción de Mycoplasma conjunctivae en poblaciones de ungulados de montaña, pero con estos estudios hemos visto cómo éstas pueden llegar a mantener el micoplasma de forma independiente durante largos periodos de tiempo.