En las aves adultas la muda se completa en dos años mientras que los juveniles precisan de cuatro, y a veces cinco, mudas anuales para alcanzar el plumaje definitivo (Blasco-Zumeta y Heinze, 2011). Aunque algunos individuos muestran signos de muda activa durante el invierno, lo normal es que el proceso se suspenda entre los meses de noviembre a febrero, ambos inclusive (Bloom y Clark, 2001).
Las primarias, al igual que en el resto de los accipítridos, se mudan secuencialmente y en orden ascendente, desde la P1 a la P10 (Clark, 2004), siendo julio el mes álgido. La muda completa de estas plumas requiere más de una temporada y tras el parón invernal el nuevo ciclo se inicia con el reemplazo de la P1 y suele continuar ordenadamente por las primarias no mudadas con anterioridad.
Las secundarias se cambian a partir de tres centros de muda, S1, S14 y S5, fundamentalmente durante mayo y junio, mientras que en el reemplazo de las rectrices suele observarse bastante variabilidad. Por lo general el proceso comienza en T1, seguido de T6 y después T2, siendo el periodo culminante el comprendido entre mayo y julio. Además, en la muda de las rectrices suele existir poca simetría, una característica que se acentúa con el incremento de la edad.
La muda de las plumas de contorno se inicia en la cabeza y cuello y progresa por lo general en dirección antero-posterior, reemplazándose anualmente hasta el 75% de las plumas del cuerpo (Jollie, 1947).
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Fuente de la información: http://www.vertebradosibericos.org
Arroyo, B. (2017). Águila real – Aquila chrysaetos. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Morales, M. B. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/