En nuestro país se reproduce el 98% de la población europea de buitre negro, el 94% de buitre leonado, el 82% de alimoche y el 66% de la población europea de quebrantahuesos. Así que estamos en una zona privilegiada para estudiarlos, descubrirlos y gozarlos.
Buitre negro (Aegypius monachus)
Se trata de la rapaz más grande de Europa y una de las aves más voluminosas de cuantas existen en el planeta. El adulto es de color pardo muy oscuro y luce una gola de plumas en torno al cuello; además, presenta la cabeza cubierta de un corto plumón marrón- grisáceo y la base del enorme y robusto pico (llamada cera) de color azulado. El joven del año resulta mucho más oscuro y homogéneo que el adulto, ya que luce una librea muy oscura —parece negra a cierta distancia— y tiene la cabeza casi totalmente cubierta por un plumón negruzco; la base del pico, en su caso, es de tonalidad rosada. En vuelo es inmenso, con unas alas largas, anchas y de bordes rectos que, a diferencia del buitre leonado, mantiene planas o ligeramente apuntadas hacia abajo cuando remonta o se desplaza. La cola es corta — aunque algo mayor que la del buitre leonado— y en forma de cuña.
Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)
El quebrantahuesos es un ave inconfundible y de gran tamaño, que puede sobrepasar los 2,80 metros de envergadura, lo que lo convierte en una de las rapaces más grandes de la fauna europea. Los ejemplares adultos se caracterizan por presentar las plumas de la cabeza color blanquecino o ligeramente cremoso, formando una especie de corona desflecada en la zona de la nuca. En la cara del ave llama poderosamente la atención una banda oscura que, a modo de antifaz, arranca del ojo —de iris amarillo y con una conspicua esclerótica roja— y continúa hacia la base del pico, donde finalmente aparece rematada por una hirsuta barba. En ocasiones ostenta una mancha auricular negra y un collar de plumas del mismo color, que puede resultar muy evidente o, por el contrario, estar prácticamente ausente. Las regiones dorsales del adulto son de un intenso gris pizarroso, aunque finamente surcadas por líneas blancas, en tanto que las ventrales exhiben una coloración anaranjada de diferente intensidad según los ejemplares. Al parecer, dicha tonalidad se adquiere por tinción de las plumas con óxidos de hierro debido al contacto del ave con las rocas. Los individuos que acaban de abandonar el nido, por su parte, lucen una librea mucho más homogénea, dominada por los tonos pardos muy oscuros —particularmente en la cabeza—, tanto en el dorso como en las regiones ventrales, si bien estas últimas resultan algo más claras. A lo largo de sucesivas mudas, los jóvenes quebrantahuesos irán pasando por plumajes de transición hasta que alcancen la vistosa librea del adulto a la edad de ocho años. En vuelo, el quebrantahuesos (cuyo acertado nombre científico viene a significar “buitre-águila con barbas”) presenta una silueta muy longilínea, con las alas largas y relativamente estrechas (algo más anchas en los ejemplares juveniles) y una cola muy larga, en forma de cuña, que le permiten un vuelo extremadamente ágil y maniobrero, además de un perfecto control sobre las cambiantes condiciones atmosféricas de los ambientes donde vive.
Buitre leonado (Gyps fulvus)
El buitre leonado es una rapaz inmensa e inconfundible, dotada de excelentes adaptaciones para la detección y el consumo de carroñas de gran tamaño. Con más de 2,5 metros de envergadura y un peso de 6-9 kilos, este carroñero es una de las aves más voluminosas de Europa y también una de las más longevas. Apenas existe dimorfismo sexual en cuanto a tamaño y diseño. Las aves adultas tienen una coloración general pardo-grisácea, con las regiones dorsales algo más pálidas, en contraste con las rémiges oscuras, mientras que las ventrales son de tonos marrones y pueden aparecer sutilmente listadas con un tono más claro. Los juveniles, por su parte, son de color marrón rojizo, más oscuro que en los adultos, y poseen un plumaje compuesto por plumas lanceoladas con finas estrías claras, que son renovadas progresivamente por otras de perfil redondeado. Visto de cerca, en el aspecto del buitre leonado llaman la atención varios detalles morfológicos en la cabeza y el cuello, como el poderoso pico, la característica gola de plumas y el largo y desplumado cuello, cubierto tan solo por un fino plumón, que se adapta perfectamente a la explotación del interior de los cadáveres. Es precisamente en esta zona anatómica de la rapaz donde se pueden apreciar con mayor facilidad las diferentes edades de las aves. Así, los buitres adultos tienen el pico de color hueso, la gola blanca y algodonosa, el plumón de la cabeza claro y el iris de color amarillento o ambarino, mientras que los ejemplares juveniles lucen una gola muy patente y desflecada, compuesta por largas plumas lanceoladas de color rojizo, y tienen el iris y el pico negros. A medida que transcurren los años, los buitres leonados van pasando por diferentes plumajes intermedios —que también afectan a los caracteres antes descritos—, en los que, progresivamente, adquieren la librea del adulto, cosa que sucede cuando cuentan con siete u ocho años.
Visto en vuelo, el buitre leonado —que se remonta con las alas ligeramente en “V”— ofrece una silueta inconfundible, con las alas largas y anchas y una reducida cola. También en estos momentos se pueden diferenciar las edades de las aves, ya que los adultos tienen, comparativamente, la cola más corta que los juveniles y el borde posterior del ala más recto, mientras que estos lo presentan aserrado.
Alimoche (Neophron percnopterus)
A medio camino entre las rapaces estrictamente carroñeras y las cazadoras, el alimoche es un ave de tamaño entre mediano y grande y aspecto completamente inconfundible. Los ejemplares adultos lucen un plumaje mayoritariamente blanco sucio —con algunas regiones teñidas de crema—, a excepción de las rémiges, que son completamente negras. En la anatomía de esta rapaz destacan, por otra parte, una llamativa gorguera de plumas desflecadas y un tanto desordenadas en la cabeza y el cuello —lo que le confiere un aire bastante peculiar—, además de la cara, que aparece desnuda y coloreada de un llamativo amarillo. Los jóvenes son mucho más oscuros, pues exhiben una librea parda que, a lo largo de sucesivas mudas, va pasando por diferentes patrones de coloración hasta llegar al plumaje definitivo cuando cuentan con cinco años. Los jóvenes presentan también la cara de color gris azulado. Otra de las características anatómicas del alimoche es la posesión de un pico fino y relativamente largo, que le impide desgarrar los cueros de los grandes cadáveres como hacen los buitres mayores, aunque le confiere, en cambio, una gran adaptabilidad a la hora de seleccionar el alimento. En vuelo, el adulto aparece como un ave muy blanca, en cuya silueta destacan las estrechas y largas alas y una cola larga, en forma de cuña, que dotan al ave de gran capacidad de maniobra. El joven, sin embargo, aunque mantiene la característica silueta de la especie, resulta muy oscuro. Único buitre migrador estival que tenemos.






Texto modificado de http://www.seo.org y fotografías de Raül Carmona
Gracias…
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